¿Cuál fue la verdadera causa por la que el
hombre moderno logró sobrevivir hasta el día de hoy, mientras que otras
especies de homínidos desaparecieron en el camino? Según un estudio realizado
por Oren Kolodny y Marcus Feldman, dos biólogos evolucionistas de la
Universidad de Stanford (EE.UU.) la respuesta a este enigma está en los
movimientos migratorios de nuestros ancestros directos.
Los Homo sapiens habían evolucionado y formado
grandes poblaciones en África. Hacia finales del Paleolítico medio, comenzaron
a migrar hacia Eurasia, una región habitada en esa época por otra especie de
homínidos, los neandertales.
Ambos grupos coexistieron en el transcurso de
unos 10.000 o 15.000 años e incluso intercambiaron material genético durante
relaciones interespecie ocurridas ocasionalmente. Sin embargo, hacia el año
36.000 a. C. solamente el hombre moderno subsistía en ese territorio, mientras
que los neandertales quedaron extintos.
La mayoría de las explicaciones científicas
atribuye el reemplazo definitivo de la población de neandertales por los
hombres modernos a factores externos, tales como el cambio climático y
epidemias, o bien a la competencia entre ambas especies por el nicho ecológico
y sus recursos. Así, la ventaja del Homo sapiens habría sido asegurada gracias
a una dieta más amplia, un estilo de vida más eficiente y, sobre todo, a su
superioridad cognitiva.
Un estudio explica por qué nuestros ancestros
evitaron el sexo entre familiares.
Sin embargo, muchos de esos estudios parten de
la premisa de que el hombre moderno necesariamente contaba con una ventaja
evolutiva desde el punto de vista de la selección natural de las especies, para
luego tratar de identificar dicha ventaja, destacan los autores del estudio de
Stanford.
Hipótesis alternativa.
La explicación propuesta por Kolodny y Feldman
no niega el posible efecto de los factores externos, pero no los acepta como
necesarios a priori. Los autores del nuevo estudio, en cambio, sostienen que la
constante migración del Homo sapiens desde el continente africano hacia Europa
fue suficiente para provocar el reemplazo de los neandertales por los hombres
modernos, sin necesidad de que los primeros contaran con una ventaja evolutiva.
Los investigadores de Stanford modelaron
estadísticamente los cambios poblacionales de ambos grupos a lo largo del
tiempo. Para ello, el escenario simulado partió de dos poblaciones (hombres
modernos y neandertales) ubicadas en dos áreas diferentes (África y Europa). En
la simulación, las dos especies no se mezclan ni tampoco tienen ventajas
evolutivas una sobre la otra.
Los científicos constataron en ella que los
neandertales se mantenían circunscriptos al mismo territorio, mientras que los
Homo sapiens migraban en un constante flujo de pequeños grupos desde África
hacia territorio europeo. Cada vez que en Europa moría un pequeño grupo (un
evento de extinción local), sin importar la especie a la que pertenece, esa
área era ocupada luego por otro grupo superviviente elegido al azar. Este
proceso se repetía de manera continua hasta que en Europa solo quedaban
representantes de una única especie.
Todas las simulaciones llevadas a cabo por
Kolodny y Feldman, repetidas miles de veces, dieron por 'ganador' al Homo
sapiens. Así, los científicos llegaron a la conclusión de que el mero proceso
migratorio de los hombres modernos garantizó, en términos probabilísticos, un
eventual reemplazo de la población de neandertales por nuestros ancestros.
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