El bombardeo de imágenes y campañas en los medios de
comunicación sobre la necesidad de evitar los envases de plásticos en comercios
y supermercados nos pone alerta de una situación que es necesario revertir de
manera inmediata. Toneladas de plásticos forman un nuevo y trágico paisaje en
el fondo de mares y océanos, especies animales amenazadas y vertederos que
acumulan eternamente lo que el planeta no es capaz de degradar.
Principales motivos para reciclar plástico
El principal motivo para reciclar el plástico es porque sus
residuos tardan entre 100 y 1.000 años en degradarse. El carbón y el plástico
del que esté fabricado no se disuelve. Además, si reciclamos el plástico,
estaremos consumiendo menos cantidades de materias primas y de recursos
naturales y energéticos no renovables. Así evitamos que estos se agoten.
El plástico supone más del 12% de la cantidad de
residuos sólidos urbanos. Y su acumulación supone un grave problema para el
planeta. Las imágenes de la isla de plásticos en el Pacífico, casi dos billones
de piezas de plástico (que equivale a un área similar a Francia, España y
Alemania juntas) flotando en el océano son difíciles de olvidar.
A ello se suma que se han hallado partículas minúsculas de plástico –fibras, fragmentos
o microperlas– en el interior de especies de agua dulce y salada, tanto
salvajes como de acuicultura, y más de la mitad de ellas son habituales en
nuestra dieta. Diversos estudios señalan que una persona puede ingerir más
de 100 partículas de microplástico en cada comida. Y aunque todavía no se
conocen los efectos, todo apunta a que esa ingesta puede suponer un riesgo para
la salud humana.