Se espera que la
demanda de alimentos en el mundo aumente como
mínimo en 20 % durante los próximos 15 años; (i) las
mayores alzas se prevén en África al sur del Sahara, Asia meridional y Asia
oriental. Sin embargo, el capital natural se está agotando a tasas sin
precedentes y el cambio climático podría provocar una disminución considerable
en la producción de alimentos, especialmente en las regiones con mayor
inseguridad alimentaria. Según estimaciones de 2016, 1 de cada 9 personas (PDF)
sufre de hambre crónica, y en 2014 el 12,9 %
de la población de los países en desarrollo padecía desnutrición.
La fragilidad y los
conflictos permanentes, la inseguridad ciudadana, el desplazamiento de gran
cantidad de personas, el cambio climático y la degradación de los recursos
naturales —todos factores que se vinculan de manera compleja— continúan
intensificando la inseguridad alimentaria de millones de personas. Actualmente,
crisis alimentarias, que ocurrieron periódicamente entre 2007 y 2012,
están empezando a resurgir.
Las sequías se agravan
en diversos países afectados por conflictos. Según datos de marzo de 2017 de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), las poblaciones de 37 países
—28 de los cuales están en África— enfrentan inseguridad
alimentaria. En febrero de 2017, se declaró una situación de hambruna en Sudán
del Sur y existen riesgos similares en Etiopía, Kenya, el norte de Nigeria,
Somalia y Yemen.
Estrategia:
El Grupo Banco Mundial
colabora con sus asociados para mejorar la seguridad alimentaria y crear
sistemas de alimentos con capacidad de alimentar a todos los habitantes del
planeta todos los días. Las actividades incluyen el fomento de técnicas agrícolas
acertadas en relación con el clima, el mejoramiento de las cadenas de
suministro para reducir las pérdidas de alimentos y el reforzamiento de las
redes de seguridad social para asegurar que las familias vulnerables tengan
acceso a alimentos y agua.
Mayor inversión en
agricultura: los nuevos compromisos del Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional
de Fomento (AIF) para el sector de la agricultura y áreas relacionadas llegaron
a USD 2900 millones en 2016, y se espera que este financiamiento
aumente en 2017. Las inversiones de la Corporación Financiera Internacional
(IFC) llegaron a USD 3300 millones. El Banco Mundial (BIRF/AIF)
proporcionó USD 7000 millones y USD 8000 millones en
asistencia al sector agrícola de África al sur del Sahara y Asia meridional,
respectivamente.
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